El sombreron

El Sombreron

El eterno enamorado que en un principio caminaba sobre las calles empedradas de la hermosa Antigua Guatemala, luego de hacer de las suyas en el oriente del país, regresó a la Antigua luciendo sus zapatitos de charol, sus espuelas de oro puro, tocando su guitarra, aquella guitarra parecida a las que venden en las ferias que sirven de juguete para niños y de adornos en la casa, El Sombreron.

Dicen que es un carbonero, que amarra sus cuatro mulas en la esquina de la casa, donde duerme la dueña de su corazón, otros lo mencionan montando caballos y yeguas por la nuca, que después no sirven para la tarea del día y se vuelven ariscos con sus dueños, cuando anda en caballo amarra a la bestia en el balcón o en la ventana de la joven, la cual duerme como ángel profundamente y comienza a darle serenata.

Algunos dicen que es el sonido de los taconcitos de sus zapatos, los que hipnotizan a las patojas, otros que es el sonido dulce de su guitarra, no falta el que comenta que es su afinada voz mientras canta lo que enloquece a la niña que este pretende, pero no falta la puntada de las damas mayores que dicen que lo que pasa es que es bien casaquero.

El Sombreron

Se me olvidaba agregar, en algunas historias lo describen tan pequeño como un dedo pulgar, otras descripciones nos dan el dato de que mide medio metro, en algunos lugares lo han visto como de un metro de alto, pero todas tienen un punto de convergencia, su sombrero, dicho accesorio, es desproporcionadamente más grande que él, al punto de casi cubrirlo en su totalidad.

Las enamoradas del sombreron

¡Ah! Enamorado empedernido que va ganando y coleccionando las almas de las jóvenes hermosas, de cabellos largos y ojos grandes, a las cuales les trenza el pelo por las noches y a algunas les hace el amor, si, no me equivoqué en lo último, muy pocos saben y muy pocas tienen el valor de contar que fueron poseídas sexualmente por este ser.

Entonces viene a mi mente la pregunta que por mucho tiempo ha dado vueltas en mi cabeza: ¿Qué es el Sombrerón?, me refiero al espanto que ha hecho sus fechorías en muchos lugares de nuestro bello país; acá necesito aclarar algo, en toda la región latinoamericana se habla del Sombrerón, pero no es el mismo espanto, en algunos países existe un espanto que es confundido con nuestro Sombrerón, como “El Zipitio” que se les aparece en el río a las mujeres, zipitio quiere decir “duende”.

También es confundido con el Cipitio, que viene de la palabra “cipote”, que es una forma de decir “niño”, nombre que recibe este espanto por su tamaño, incluso en el sur de América se habla “del Sombrerón”, que es un viajero que se aparece en la soledad de los caminos con un gran sombrero, pero a diferencia de los anteriores es del tamaño de un adulto standard.

En fin, algunos dicen que es un duende, otros que es un espanto y no faltará el que diga que es el mero chamuco.

Sea lo que sea es un ser que, por un supuesto amor hace que las damas mueran de hambre o se suiciden para ganarles el alma, incluso no importa que esta tenga novio o pretendiente, al parecer más de uno quiso enfrentarse a este ser y recibieron una paliza que casi los mata, cuentan que al parecer, el Sombrerón es muy ágil, tiene una extraña fuerza sobrenatural, puede leer la mente y sabe que harán sus contrincantes.

Pero, no todo es malo, se puede alejar a este tipo de espanto, la primera forma y la que yo recomiendo es bendecir la casa y pedirle al sacerdote, pastor o guía espiritual que ore por los habitantes del hogar y por la niña que tenga este problema, una oración de exorcismo o liberación sería lo mejor.

Al parecer también puede perder interés en la muchacha si ella se rapa el pelo, pero como el pelo crece, se corre el riesgo de que el Sombrerón pueda regresar, algunos piensan que lo más recomendable es cambiarse de casa, pero hay reportes de que el espanto no descansa hasta encontrar a la muchacha donde sea que esté.

También por medio de una carta escrita por mano de la joven que tenía este problema, con lo siguiente escrito: “Si quieres que sea tuya toma este pañuelo blanco y conviértelo en negro, si no puedes no vuelvas por mi”, la carta se pone en una mesa, a la par de esta carta se pone el pañuelo blanco y el espanto al no poderlo hacer se va y deja de molestar a la muchacha, algunos dicen que también puede ser una flor y piden que se cambie radicalmente su color.

Las botas del sombreron

Otra forma es comprando una mesa y un banquito de pino, se pone encima de la mesita una red de verdura como las del mercado, la muchacha que está siendo afectada por el espanto deja una nota escrita a mano diciéndole que si quiere su amor, que vaya al río y llene la red con agua, al parecer el espanto tratará de hacerlo, pero al no poder no regresá a la casa.

La variante más extraña para alejar a este ser, es un tanto drástica, en una noche se espera a que aparezca, la dama deja que este se le acerque, y justo antes de que la toque la dama dice: «Si quieres ser mi dueño, cántame la canción que cantabas en el cielo cuando eras angelito y adorabas a Dios», así es, algunos datos históricos nos dicen que existe un demonio llamado «Incubo» que gusta de las mujeres, con esto el ser se aleja, pero no tan tranquilamente, a veces se molesta tanto que hasta tiemblan los cimientos de la casa donde anda molestando, pero eso si, nunca regresará.

Otros datos encontrados en libros hebreos me hacen pensar que el sombreron puede pertenecer a uno de los cientos de clanes de los Shedims, estos seres son el resultado de uno de los tres castigos que Dios dió a la humanidad durante la caída de la torre de Babel, tema que me apasiona de sobre manera debido a datos sobre sombrerones que incluso han ayudado a algunas mujeres.

Así es estimado lector, no solo existe uno, son varios y de diferentes clanes.

Existen más formas de deshacerse de él, pero todas tienen algo en común, la señorita debe de estar de acuerdo en que este se vaya; por otro lado existen oraciones para invocarlo y hacerle peticiones, cosa que no recomiendo, también sé una forma de saber si el Sombrerón anda cerca de un barrio o colonia, pero esto me lo reservo por los imprudentes que nunca faltan, ya que es muy arriesgado y delicado.

Me encantaría que enriquecieran esto con alguna experiencia o bien la de un amigo o amiga, también pueden opinar que piensan al respecto.

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