Nury se está bañando, se levantó más tarde de lo normal, por ser día domingo, escucha como toda la familia mueve sillas en el comedor del primer nivel, han de estar desayunando piensa, al salir del baño para prepararse, nota que son las 10 de la mañana, de plano toda la familia se levantó tarde para ir a la iglesia –pensó-, escucha como muy claramente la voz de su mamá la llama: “Nury, hija, ven, baja, ven”, “Ya voy madre, ya pronto estoy lista”.
Nury se arregla, quiere llegar bien guapa a la iglesia para que la vea su novio Esteban, de nuevo se escucha a la mamá de la chica llamándola: “Nury, Nury, baja, vení mija, vení”, “solo me pongo los zapatos ma, ya bajo”, contesta la muchacha. Mientras la chica se toma su tiempo y se maquilla vuelve a escuchar a su mamá, pero la escucha muy lejos, siempre diciéndole: “Vení mija, vení, vení”.
Nury tuvo la suerte de nacer en una familia con muchas posibilidades económicas, la casa donde creció era enorme, solamente su cuarto medía 5 metros de frente por 7 de fondo, realmente a Nury no le gustaba ir a la iglesia, lo hacía por los muchachos, mientras su familia pasaba casi todo el domingo en la iglesia, ella a veces se escapaba para darse una vuelta por otro lado, pero nunca la reprendieron por eso en su casa, aunque el pastor de la iglesia ya le había llamado la atención.
Mientras terminaba de maquillarse, alguien somataba una de las paredes de su cuarto, pared que dividía su cuarto con el cuarto de su hermana menor, “No jodás Jaky, ya voy a salir”, dijo ya molesta Nury, escuchando la risa de su hermana.
Toda la casa se quedó en silencio, eran ya casi las 11, cuando después de un buen tiempo en silencio, La muchacha escucha de nuevo la voz de su madre que la llama desde la planta baja: “Nury, mija, vení, vení, baja mija, vení, vení”, Nury, está por salir, cuando suena su celular, en aquel tiempo los celulares parecían ladrillos, pero, como les comentaba, la familia de la chica tenía muchas posibilidades económicas.
El origen de la extraña voz
Al contestar el teléfono, le dice su mamá: “Mija, ¿ya te levantaste?, ¿Ahora que regresemos a casa te llevo algo de comer?” Nury sin comprender bien lo que la mamá le decía le contesta: “Mamá, yo ya voy para abajo, espérenme en el carro ya voy”, entonces la mamá le contesta: “Mija, como te vamos a esperar si estamos acá en la iglesia desde las 7 de la mañana, como no te despertabas ni a palos, tu papá dijo que mejor te dejáramos descansar”
Nury entra en pánico y le dice a su mamá, que hay alguien abajo en el primer nivel de la casa y que la ha escuchado a ella llamándola para que baje, la mamá de Nury le dice que deje de hablar babosadas y que mejor los espere, que ellos llegaran después de las 2 de la tarde.
Nury cierra bien su cuarto, se mete en la cama y espera tres horas eternas a que llegue su familia, cuenta mientras almuerzan lo que le paso, pero como la familia sabe que a veces Nury es mentirosa, no le ponen la debida atención a lo que le pasó a su hija mayor, desde entonces, Nury, procura no estar sola en la casa.
Dos meses después Nury parece cambiar, va a la iglesia desde temprano con la familia, aunque más por miedo a quedarse sola que por fe, pero de nuevo la chica vuelve a las andadas y se escapa de la iglesia nuevamente con frecuencia, vuelve a tomar confianza y ya no le importa quedarse sola en casa.
Pero 6 meses después, una noche en que habría una vigilia en la iglesia, Nury prefiere quedarse sola en casa “Por sentirse mal” supuestamente, la verdad es que un muchacho de la iglesia la iría a visitar mientras sus papás estaban en la celebración, al irse todos, Nury le dice a los que trabajan para ellos en la casa, que pueden retirarse temprano a sus cuartos (que quedaban en la parte de atrás de la casa), porque ella no necesita que la atiendan.

Cerca de las 8 de la noche, Nury, está lista para recibir al muchacho en la sala de su casa, pero, el muchacho no llega, pasan ya las 9 de la noche y el muchacho no aparece, Nury decide llamarlo y le reclama que porque no ha llegado, el muchacho le contesta que se recuerde que ella le dijo que de la vigilia se escaparían para la casa de ella, Nury reconoce su error y le dice que puede llegar, pero el muchacho está muy contento con sus amigos en la vigilia como para salirse, la muchacha molesta, le cuelga el teléfono y sube a su cuarto.
Un poco adormitada, Nury empieza a escuchar ruidos en la planta baja, en la enorme sala, Nury piensa que alguna de las personas que trabaja para ellos está aprovechando para limpiar, pero de nuevo, después de quedar todo tranquilo y de no escuchar ruidos, Nury escucha que su mamá la llama: “Mija, baja, mija vení, vení”, Nury, se aterroriza, sabe muy bien que no es su madre la que la llama, el eco de la voz se escucha en toda la casa.
Nury, había dejado la puerta abierta de su habitación, pero no tenía valor ni de levantarse de la cama para cerrar, pronto empieza a escuchar como somatan las paredes de su cuarto, también empieza a escuchar cómo se ríen en su habitación, risa parecida a la de su hermana, la muchacha dispone armarse de valor y sale de su cuarto, quiere salir de su casa, baja las gradas y antes de salir de la casa, vuelve a escuchar una voz que le dice: “Mija, vení, vení, vení, vení”.
La muchacha voltea a ver, debajo de la escalera de la casa de Nury, hay un cuarto que usan como despensa, Nury, ve cómo se abre la puerta de ese cuarto, de pronto la voz se hace más fuerte: “Vení, vení, vení”, la chica se queda congelada del miedo, no se puede mover, entonces, ve como una mano sale de la puerta, mientras se sigue escuchando: “Vení, vení, vení”.
Luego, la mano con los dedos hacia arriba, le indica que vaya hacia la puerta, Nury, no puede ni gritar, la pálida mano sigue llamándola y la voz sigue escuchándose: “Vení, vení, vení”, Nury, se recuerda que hay un Dios y pide por su vida, poco a poco logra salir, la enorme casa desde afuera se ve tétrica.
Cuando llega la familia de Nury, horas después, la ven sentada en una de las bancas del jardín de en frente de su casa, nuevamente, la reprenden por miedosa, mentirosa y ahora más por imprudente, por estar afuera a esas horas. Nury, les cuenta nuevamente lo que le pasó, pero no le creen, ella pide que llegue el pastor a hacer oración a la casa y el papá le reclama porque las veces que ha llegado el pastor ella nunca sale de su cuarto.
Lamentablemente, a Nury, la siguen molestando, pero no le creen, hasta que en una ocasión entra la mamá de la muchacha mientras ella se está bañando, Nury, escucha que su mamá le pregunta: “¿Ya terminaste de bañarte?” y le dice: “Salí”, ésta al salir, ve a la mamá pálida y con los ojos bien abiertos, Nury, mientras se seca, le dice su la mama: “Oí que me llamaste ma, ¿En qué te puedo servir?, la mamá le contesta: “Si mija, también lo oí, pero no fui yo la que te llamé”.

Después de esto, el pastor de la iglesia bendijo la casa, pero, como aún seguían los fenómenos, tanto que incluso empezaron a molestar a la hermana menor, decidieron mejor vivir en otro lado, actualmente donde estaba la casa ahora hay una empresa cerca de la Avenida Petapa. Nury, cambió radicalmente para bien, hubo un tiempo en que esos fantasmas burlones, al parecer los seguían, pero con el tiempo y con ayuda que recibieron por otras personas, pudieron estar en paz en su nueva casa.

Investigación, historia y narración: Fernando Andrade Mazariegos (todos los derechos reservados Guatemala marzo 2015)